Un Corpus diferente Gigantes y Cabezudos
No saldrán por las calles de nuestros pueblos y ciudades la tradicional procesión del Corpus. Tampoco lo harán los Gigantes y Cabezudos.
El Corpus Christi aunque con las lógicas raíces religiosas que le otorga el hecho de su origen tomó también aspectos que ayudaran a transmitir al vulgo su mensaje con lo que tradición y cultura la caracterizaron.
Corría la mitad del siglo XIII cuando el Papa Urbano IV dictó la bula » Transiturus de Hoc Mundo » en la que instituyó la celebración del Corpus Christi una vez al año » el primer jueves después de la octava de Pentecostés » y concediendo diferentes indulgencias a quienes participaran de la celebración, misas, procesiones, vísperas, etc.
Qué difícil nos resulta imaginar en toda su magnitud lo que debía significar aquello en plena Edad Media para el pueblo llano. El temor al poder, el analfabetismo, el sometimiento feudal, imposible de entenderlo en todos sus términos, pero sí la fuerza del mensaje, su espíritu y su difusión por todo el continente. Todo nació en una visión de Santa Juliana de Lieja quien dedicó sus años de vida religiosa como monja agustina a la devoción de Jesús del Cuerpo y sangre en la Sagrada Forma y venerarla hasta conseguir el reconocimiento que la Bula Papal ordena.
Lógicamente el peso que entonces tenía la religión en los pueblos y la obligación de su cumplimiento por Europa supuso un impulso de difusión de la fe cristiana dirigida por y para el pueblo. Sirvió como modelo de enseñanza y por ello mostraba más enseñanzas que los retablos de las Iglesias. Suponía sacar a la calle en procesión al Señor en compañía de las representaciones, y en su orden, del pueblo, la nobleza, de los gremios, de las tentaciones, etc. y cómo resultaba victorioso frente a todos.
Y allí es donde aparecen los Gigantes y los Cabezudos, en la parte delantera de la procesión y con su descomunal altura en unos o su desproporción en el tamaño de la cabeza en los otros junto con el bestiario de tarascas y serpientes que los acompañaban debían de resultar ciertamente impresionantes y mostrar temor en los que los veían desfilar y recibiendo el mensaje de que Cristo viene triunfante sobre todas las cosas.
Se ha mantenido en muchos lugares en Europa hasta nuestros días y constituye una celebración que actualmente ha derivado en las Fiestas principales de algunas localidades en nuestro país.
No quiero nombrar localidades en los que el festejos del Corpus se va a notar sobre manera este año pues seguro que dejo sin mencionar a algunas y la tristeza por las circunstancias de la pandemia y sus consecuencias dramáticas provocarán un auge el próximo con mayor sentimiento se resarcimiento y de reafirmación de que el bien se impondrá al mal.