Felicidades con corazón de Gigante
Los Gigantes para niños también son unas figuras demandadas por los más pequeños.
Al igual que con los Cabezudos, los Gigantes tienen una legión de seguidores de todas las edades. Para los más pequeños resultan fascinantes.
En muchos artículos hemos comentado el enorme atractivo que las Comparsas de Gigantes y Cabezudos tiene desde tiempo inmemorial. El papel que han jugado en las diferentes representaciones populares desde hace siglos han logrado que formen parte de nuestra memoria colectiva no solo en lo festivo sino también en celebraciones religiosas, reivindicativas, etc.
Sus salidas constituyen uno de los actos más relevantes en los programas de Fiestas de la mayoría de las poblaciones españolas. Pero también hemos dedicado noticias a su papel relevantes en las procesiones del Corpus que actualmente se mantienen.
La fascinación y sorpresa que provocan estas gigantescas figuras ante los niños no ha variado vivamos en la época en la que vivamos. Aún resulta más impactante en pleno siglo XXI con todos los medios tecnológicos al alcance de los más pequeños.
Contemplamos asombrados cómo los últimos modelos de smartphone no tienen secretos para criaturas que apenas se mantienen en pie y son capaces de manejar una tablet con mayor destreza que una persona mayor. Pero afortunadamente la inocencia propia de su edad les hace divertirse también con juegos tradicionales como los que entretenían a sus abuelos.
Y con la misma devoción y con igual mirada entre el asombro y la admiración contemplan el desfile de los Gigantes por las calles de nuestros pueblos. Y por ello también quieren tener su propio Gigante. Quieren desfilar, bailar y acompañar a los más grandes con sus propias creaciones.
Y aquí es donde comienza la colaboración. Pues lo normal es que sea necesaria la participación de la familia para conseguir que el sueño de los más pequeños se haga realidad. Una abuela diestra con las agujas y con toda la paciencia del mundo, un padre o una madre, unos tíos o unos amigos que construyen una estructura para darle altura y nuestra cabezas de cabezudos o de gigantes para conseguirlo.
Hay ocasiones en las que son particulares como nuestro protagonista que en la foto inicial de este artículo expresa en su rostro la emoción y el agradecimiento a unos padres que han hecho realidad su sueño del Gigante del Rey Alfonso. En otros casos son asociaciones que también cumplen sus deseos como en Castillejo de Robledo al que le dedicamos un post en la presentación de su pareja de Gigantillos.
Lo importante, lo realmente importante son los niños y poder transmitir lo que hemos vivido nosotros, que generación tras generación conozca y experimente lo que conocieron y experimentaron años y años atrás nuestros padres, nuestros abuelos y los abuelos de nuestros abuelos…
Desde estas líneas solo resta felicitar a los que hacen posible que realidad y memoria sigan apasionando a los más pequeños con nuestros queridos Gigantes y Cabezudos.
Nuestra felicitación más sincera y os animamos a continuar con esta sana afición durante el resto de vuestra vida y que seáis capaces de transmitirla generación tras generación.